Se ha dicho mucho (y seguro se volverá a decir) sobre la fuerza con la que Molotov explotó en la escena musical de México a fines de los 90’s con su primer disco Dónde Jugarán las Niñas?, fue un estallido que reverberó en la vena más rebelde de la juventud de una sociedad donde los medios acostumbraban mantenerse censurados por default y dejar la situación política de lado. En pocas palabras: Molotov desató una presa a tope de irreverente, poderosa y cotidiana rebeldía, que se extendió por todo Latinoamérica sin obstáculo cultural alguno. Su potente mezcla de rock, funk y rap ensalsada con letras abiertamente críticas, directas, albureras e irreverentes, es algo que emancipó a la fiesta de la protesta.
“Gimme tha power” es básicamente un himno de lucha perpetua contra el sistema de corrupción que todo lo envuelve al que el cambio generacional no le ha hecho ni cosquillas. “Frijolero” y “Voto Latino” son tan actuales y políticamente atinadas como el día que salieron a la luz. Y “Puto”, bueno, es el destrampe total, siempre. De hecho, sus canciones quedaron tan marcadas en el imaginario colectivo que atreverse a variarlas, a experimentar con ellas, ante los oídos de muchos, es un pecado contra los buenos viejos tiempos. Y bueno, ¿qué más iba a hacer Molotov que aventarse a hacer justo eso?
Grabado en la ciudad de México y producido por Sylvia Massy (Tool, Red Hot Chilli Peppers, Johnny Cash), el concierto MTV unplugged de Molotov se puso a la venta este agosto como disco doble con un DVD. No se queda corto y trae temas de toda época: son 19 canciones, dos de ellas, “Dreamers” (con la fantástica rapera chilena Ana Tijoux como invitada) y “Muerte,” son inéditas; incluye “Amateur”, “Noko,” “Dance and Dense Denso,” “Cerdo,” “Matate Teté,” “Hit Me” (también con Ana Tijoux) y “Voto Latino” entre otras, en versiones más similares a sus originales dentro del formato acúsico; mientras que en versiones donde realmente hubo cambios, podemos escuchar una de mis preferidas, “Marciano,” y sí, se atrevieron a moverle a “Gimme Tha Power,” que a mi ver, fue una buena sorpresa. Y por supuesto, cierran con “Puto.” Vale resaltar que en los teclados toca Money Mark, de los Beastie Boys. Hay gaita, serrucho, contrabajo, acordeón y variedad de instrumentos prehispánicos.
He leído opiniones muy diversas, mejor dicho, diametralmente opuestas, sobre este unplugged de los Molochos. Ciertamente su disco anterior dejó mucho que desear y el power de antaño acaba el cuerpo (como los mismos mismos miembros han dicho y se han mofado de sí mismos); además de que ciertas rolas son ya intocables en el imaginario colectivo, así que sí, el Molotov del estallido tremendo es otro. Pero tampoco es como que los que anduvimos rompiéndonos las botas a brincos en aquello ayeres podamos seguir a ese ritmo.
A mí sí me gustó, punto. El sonido del concierto es detallista hasta la maraca, todos los instrumentos y niveles se escuchan claramente. “Frijolero” suena excelente en su versión acústica, rica en capas rítmicas y la tuba fue atinadísima. “Here We Kum” prende y juguetea como es debido. “Hit Me” me dio un escalofrío cuando con la voz de Ana Tijoux, “Dreamers” es tranquila para estándares molochos, pero conecta, “Dance Dense Denso” trae unos arreglos de guitarra que le dan un drama inesperado, “Puto” es probablemente la canción más débil al perder el buen riff eléctrico, pero lo de “débil” es sólo un decir.