Año tras año, la Masia d’en Cabanyes se convierte en el mejor escenario para albergar el Vida Festival. Evento para milenials, padres con hijos preadolescentes y padres que preferirían ser adolescentes. Los adeptos que vamos año tras año a esta cita imprescindible, agradecemos a la organización que no amplíen el aforo. Somos milenials exquisitos.
Un jueves iniciado por Kids From Mars, chavales de 16 años que les tocó la peor hora, 18.30H en plena hora de calor. Solo esperamos que sigan prosperando y que podamos verlos en unos años en festivales más grandes y a horas menos soleadas.
Pau Vallvé nos deleitó con sus letras y sus melodías acompañado por una banda y un público en “petit comité”.
Los argentinos del Indie, es decir, Él Mató a un Policía Motorizado, cantaron todos sus hits. Los fans más incondicionales dejaron las primeras filas en las que no cabía ni un alfiler.
Cala Vento se convirtieron en uno de mis grupos favoritos en concierto. Aleix y Joan desprenden una energía que es normal que no paren de girar por todas las salas del panorama nacional.
El primer día de este festival culminó con una actuación de los maravillosos Hot Chip, todos sabemos que los pobres que se lo perdieron trabajaban al día siguiente.
El viernes en general nos deleitó con los grupos mas tranquilos y menos notorios del cartel.
Sharon Van Etten se ve que en este país no está tan valorada como debería estarlo. La cancelación de Beirut supuso un jarro de agua fría, que falta nos hacía a todos con el calor sofocante de Vilanova i la Geltrú, pero eso nos permitió ver a Sharon en el escenario principal y a unos Fountains DC con ganas de darlo todo en un escenario mas grande y adecuado para sus sonidos.
Otro descubrimiento magnético fue el de Carla, la catalana tubo a todo el público fascinado con sus sonidos nuevos y envolventes. Vamos a seguirle los pasos muy de cerca porque esta chica lo va a petar muy pronto.
Joan Colomo ahora va por libre y cómo siempre acompañado de su espeso y oscuro flequillo hizo moverse hasta a los más tristes del lugar.
Hidrogenesse, con su pop del bueno deleitaron a su público con sus canciones llenas de mensajes más que necesarios para la vida moderna, por que no me digas que no hay nada más triste que lo tuyo.
El sábado nos dejó perlas como el concierto de Ortiga, un chaval que hay seguir porque ya lo petaba antes con su dueto Esteban & Manuel y ahora en solitario nos deleita con su cumbia y su autotune para regalarnos unos buenos bailoteos. Orquestra de fiesta de pueblo reducida a uno y mejorada por mil.
Ferran Palau dio un recital con su pop metafísico. Le rodeaba un enclave espectacular, el escenario de el vaixell, y el bosque lleno de adeptos a sus sonidos. Cariño, o como a mí me gusta llamarlas, Los Fresones Milenials hicieron saltar y cantar a pulmón sus canciones.
La guinda de los conciertos la dieron Madness, grupo de los 70’s con esos clásicos del Ska que nunca pasan de moda. Sobre todo si ahora eres un padre de familia y antes llevabas alguna rasta y te gustaba fumar hierbabuena de la buena. Seguidos por Carolina Durante con sus himnos milenials como Cayetano y su post-punk definitivo.
El Vida nos deja claro año tras año que puedes ver todo lo que está bien y todo lo que está mal de tener hijos y ir de festivales. Adorar llevar a tus hijos de concierto y a hacer talleres de montar guitarras pero odiar arrastrar el carro por la gravilla cuando el niño está dormido cual “peso muerto”.
Una semana después seguimos con la resaca emocional, que siempre es muy fuerte cuando disfrutas de un fin de semana de música en directo en tu “place to be” personal.