Significa “avión”, es lo que aclara la banda en la bio de sus redes sociales. La música de Khruangbin, el trío conformado por Laura Lee (bajo), Mark Speer (guitarra) y Donald Johnson Jr. (batería), ciertamente hace honor a su nombre. Aunque habría que imaginar un avión de aspecto bastante particular y realizando una ruta bastante larga.
Sería de aspecto particular porque tendría sin duda una pinta psicodélica clásica, aquella del rock de los sesenta y el respectivo toque espacial propio de un Parliament Funkadelic. El sonido de la banda evoca sin miramientos las décadas de los 60 y 70. Blues, soul, RnB, algo de rock y disco son los géneros por donde transita la banda. Son la batería y el bajo quienes dan la pauta en cuanto a estos ritmos. La guitarra también sigue el recorrido de sus otros compañeros, pero agrega el toque de psicodelia, empleando efectos que bien recuerdan a un Syd Barrett y, por supuesto, a Jimi Hendrix, así como también algo del dub clásico de Jamaica.
Por eso también habría que decir que el avión, si bien tiene aspecto psicodélico, es ante todo, elegante. La interpretación instrumental por parte de los integrantes de Khruangbin es técnicamente pulida y parte de la elegancia consiste en saber dosificar su presencia, creando una música instrumental sumamente agradable y contagiosa. Música hecha con gusto y criterio, que acaso sean dos caras de la misma moneda.
De aquí que se pueda afirmar que la banda vuela alto y por todo el planeta. En sus melodías y estructuras harmónicas no solo se dejan ver progresiones propias del jazz; también se aprecian motivos del medio y lejano oriente que le dan cierto toque místico a varios de sus temas, esto sin perder en ningún momento el groove.
Recomiendo particularmente el sonido en vivo de la banda que, en lo personal, me parece que crean una vibra mucho más impresionante que en sus discos, los cuales, obviamente son de igual manera geniales.
Como último comentario, la banda emite un programa de música online que vale mucho la pena: AirKhruang.com.
