Indie Cool: La gente piensa que ser músico es maravilloso y que es todo fácil y todo muy bonito, pero en realidad hay mucho sufrimiento dentro del mundo de la música. ¿Qué es lo más difícil de ser músico?
Alarmantiks: Lo más difícil de la música es que tienes que estar continuamente demostrando que vales, conseguir visibilidad y que la gente te apoye. Lo más difícil es eso.
Nosotros tenemos una compañía de teatro y también teníamos un espectáculo en el que hacíamos música como mi padre y mis tíos. Tuvimos un manager que era un pinta y el tío resulta que cuando llegamos aquí a España después de dos meses en Miami lo pintó todo como un gran éxito. Pero en realidad nos dieron un par de premios sin saber muy bien por qué. Porque eso era un tapis total y nosotros estuvimos ahí dos meses comiendo sándwiches de mortadela extraña que vendían allí por un dólar, durante dos meses. Pasando miserias y pasando de todo. Luego llegas aquí y lo que sale al escaparate y lo que la gente ve, es el momento bonito de recibir el premio, pero por detrás se pasa mucha miseria. El músico medio no es una estrella de rock, el músico medio es un currela que si no trabaja una semana le cuesta llegar a fin de mes.
Algunos grupos sí que viven bien, pero son la minoría. O estás muy bien relacionado o en este país mucha gente se come los mocos.
Indie Cool: ¿Qué pensáis de que hoy en día sea necesario para cualquier grupo tener las redes sociales activas y actualizadas casi diariamente?
Alarmantiks: En realidad es una putada, pero es parte del curro del músico hoy en día. Igual que tiene que saber manejar un poco un ordenador para poder grabarse o tiene que saber un poco cómo ajustarse su guitarra. Antes había para cada cosa un profesional que servía el músico. Hoy en día como ya no se mueven esas cantidades de dinero, al final es el músico quien tiene que guisárselo y comérselo para no depender de la tiranía de una discográfica.
Aunque si lo comparas con lo que tenía que hacer antes un artista: coger el carro, el burro y recorrerse por lo menos ocho horas por medio del campo y llegar a actuar, recogerlo todo y dormir en un saco. Hay que mirar para atrás y darse cuenta de que hoy en día tener visibilidad y que la gente te reclame lo puedes hacer desde el sofá de casa.
Nosotros encima como venimos de la familia que venimos (familia Aragón), nos cuentan historias de nuestros antepasados y de esos viajes de Rusia hasta Francia que duraban meses, y dices: ¡coño sí que era duro! Montar un circo todos los días en cualquier terreno de barro y a la intemperie…
Indie Cool: Sí, si lo comparas con esos tiempos, pues sí, es mejor.
Alarmantiks: Las redes sociales te dan mucha libertad, hay que currar mucho, pero te dan mucha libertad para autogestionarte. Yo lo veo como una cosa a favor que te permite promocionarte un poco por tus medios sin tener a una empresa detrás inyectando dinero.
Indie Cool: Eso es verdad, sin las redes sociales sería todavía más complicado.
Alarmantiks: Claro, tendría que ser todo a base de pulmón de inyección económica y es que para el común de los mortales es imposible pagar promociones de mil euros por esto, mil quinientos por otro. Han sacado una herramienta ¿no sé si lo has oído lo de Spotify audio?
Indie Cool: No.
Alarmantiks: Pues han sacado una herramienta que al principio nosotros estábamos muy ilusionados por el hecho de que son cuñas que van a meter en Spotify que pueden pagar las empresas.
Indie Cool: Vale, sí. Los anuncios.
Alarmantiks: Eso es…
Indie Cool: Pero cada anuncio son 250 euros.
Alarmantiks: 250 euros tío, la cuña más barata y cutre que puede haber. Ya empiezas a moverte bien alrededor de los mil euros, ¿de qué estamos hablando? ¿Cómo me voy a gastar mil euros yo en una red social? ¿Mil euros en un lanzamiento? Encima Spotify que los tíos son unos cabrones y pagan una mierda, una miseria a los artistas. Si quieres ser profesional tienes que tener un equipo profesional, un instrumento profesional y todo eso cuesta mucho dinero. La gente se cree que la música es barata, pero al final tener una buena guitarra, un buen bajo, un buen teclado, todo eso cuesta y todo eso se rompe y todo tiene un mantenimiento. Encima tienes que pegarle pulmón como nosotros a tener un estudio, cada seis meses hay que renovarlo porque cada seis meses la tecnología pega unos avances que te cagas…
Indie Cool: Vale, hemos hablado ya de todas las dificultades de ser músico y todas las mierdas que pasa, pero a pesar de todo eso ¿Cómo se explica que todavía sigáis enamorados de la música?
Alarmantiks: Joder es que es una pregunta muy buena, pero es muy chunga de contestar. Nosotros somos un paso más allá de enfermos de la música porque digamos que es como nuestro lenguaje, no sé cómo decirlo, vital. Digamos expresándonos en música desde pequeñitos.
En nuestra familia los juguetes eran instrumentos. Imagínate bisabuelos, abuelos, padres, todos con un montón de instrumentos y al final veías que se divertían tanto tocando que en las reuniones familiares sacaban los instrumentos y veías como se lo pasaban que al final decías: ¡yo de mayor quiero eso!
Pero sobre todo es brutal cuando eres padre y ves que de repente tu hijo coge un instrumento y se pone a jugar contigo dices: ¡es que la música puede ser lo más grande!
Para nosotros la música es mucho más que juntarnos a disfrutar de tocar todos juntos sino que realmente es toda nuestra pasión y nuestro juego.
Hay un componente muy bonito en algo que has visto nacer desde el primer tachón en un papel.
Esa canción tiene cuerpo y sobre todo ves que la tocas y le llega a otras personas y te dicen: ¡joder, es que para mí esta canción es un wow! Es el subidón más grande que puede tener uno en la vida, eso es parte de lo que yo creo que está manteniendo la ilusión del grupo. Nosotros nos estamos manteniendo en contacto con desconocidos para que sigan nuestra música y tío estamos recibiendo mensajes muy chulos, mensajes muy bonitos de: ¡tío me acabas de alegrar la tarde con este mensaje! Se está viendo una respuesta al nuevo trabajo muy bonita.
Indie Cool: Claro, es que eso al final compensa todo lo demás.
Alarmantiks: Claro, y te hace creer. Por ejemplo, si en vez de llegar a un grupito pequeño de gente, un día llegamos a un grupo mayor de gente y llega el día de en el que yo pueda llenar la nevera de mi casa y el depósito de mi coche gracias a nuestra música… Aquí nadie habla de hacerse rico y famoso, estamos hablando simplemente de hacer sostenible tu profesión.
Indie Cool: Además con algo que es totalmente una lotería, porque evidentemente no depende de la calidad musical, porque si fuese eso ya seríais famosos. Pero por desgracia la industria musical no se mueve por esas reglas.
Alarmantiks: Para nada.
Indie Cool: Es una pena pero bueno. Todo funciona quizás por un golpe de suerte o por el contacto ideal en ese momento…
Alarmantiks: El lugar adecuado en el momento justo.
Indie Cool: Sí, exacto.
Alarmantiks: Por eso digo que nosotros tenemos muchas ganas de que nos suelten en un escenario o un festival en el que la gente lo que quiera es oír música para divertirse y que estén predispuestos y salir ahí y dar caña y que digan: ¡mira estos cinco locos como se la están pasando en grande!
Encima del escenario es donde nosotros sentimos las vibraciones que nos hacen entender por qué nos dedicamos a esto.
En ese momento nos venimos arriba y hay una energía que es tan de verdad, de cinco hermanos encima de un escenario intentando dar lo mejor que tienen dentro.
Recuedo que hace unos años dijimos: “mira, lo que tenemos para vacaciones cada uno lo vamos a invertir en hacer nuestra gira rollo años 70”. Metimos seis tiendas de campaña en una furgoneta, el equipo, la guitarra, todo. Le pusimos unos altavoces encima a la furgo y dijimos: “lo que nos dure el dinero va durar la gira de verano”.
Empezamos a llamar como dos meses antes a los ayuntamientos y lo único que les pedíamos era que nos pusieran un punto de electricidad para poder hacer el concierto. Nosotros llevábamos todo lo necesario para montar un espectáculo en una esquina de una calle.
Y lo más bonito es que mucha gente cuando se enteró de que íbamos a hacer eso, se pillaron tiendas de campaña y se vinieron de gira con nosotros.
Salimos de Madrid con cinco conciertos cerrados y estuvimos al final mes y medio de gira con un total de 30 o 40 conciertos. Muchos de ellos ilegales, de hecho, hubo una muy guapa que nos paró la policía el concierto y dijo: “oye mira, en 20 minutos cuando nos vayamos empecéis otra vez porque ahora hay cambio de turno y en lo que llegan los compañeros ya habéis terminado el concierto, de hecho nos vamos a cambiar venimos rápidamente a oír las últimas canciones”
Fue una experiencia muy chula porque allá donde llegábamos y veíamos que había una sala de concierto le decíamos: venga, si nos das cuatro cervezas, ya que estamos aquí hacemos un concierto y al final la gente se enrollaba. Nos dejaban el camping a mitad de precio por hacerles un par de bolos ahí en el camping. Fue muy chulo, una experiencia de verdad que tú dices: ¡Lo que te da la música cuando le das todo a ella!
Indie Cool: Estas historias son las que molan. ¿Con quién les gustaría hacer una colaboración musical?
Alarmantiks: Pues la verdad es que al final conocemos a muchos músicos que en un momento dado algo se puede hacer con ellos. Por ejemplo, grabamos en el primer disco de Rozalén y somos muy amigos de los Chicos de Morgan.
Indie Cool: Grupazo.
Alarmantiks: Que son un grupazo y son gente que te lo digo que es para comérsela. Ni subiditos, ni hostias, podrían ir de lo más grande de España caminando para arriba.
Mi sueño era tocar con los secretos y lo cumplimos. En el hormiguero tocamos con ellos el mítico déjame que es una canción así muy… Bueno, a mi me pusieron a tocar la mandolina, que era un instrumento que yo no sabía ni que existía. De repente llego donde Ramón, que es un guitarrista mítico y me dice: no, no, no, tú vas a tocar esto, mi mandolina. Y ya como le voy a decir que no… Hice dos notitas y con eso me defendí.
Indie Cool: La pregunta estrella para terminar la entrevista: ¿Cuáles son vuestros Doritos favoritos?
Alarmantiks: Hay empate entre azules y verdes entre los miembros del grupo y han perdido los rojos que son los que le gustan al bajista.