CRÓNICA DEL CONCIERTO DE DEPEDRO EN VALLADOLID

De Paula Sanz

La noche arrancaba solo contigo, solo soy feliz si yo te miro, los que escuchan a Depedro ya sabrán a que canción me estoy refiriendo. ¿Quién es Depedro? Su nombre es Jairo Zavala e inició su proyecto musical en 2008. Durante el transcurso de todos estos años, se ha encargado de hacer suyas la música, estética y cultura latinoamericana, africana, mediterránea y estadounidense. Lo podemos ver reflejado en sus cuatro discos: “Depedro”, “Nubes de Papel”, “La Increíble Historia de un Hombre Bueno” y “El Pasajero”.

Llegó al Centro Cultural Miguel Delibes de Valladolid para hacernos bailar, cantar y disfrutar de sus visuales. Desde el primer momento hizo que el público se entregara en cada canción, unas más movidas que otras. Pero para eso teníamos la suerte de disponer de butacas, para que las canciones más pausadas las disfrutáramos sentados tranquilamente. Allí podíamos encontrar un amplio abanico de edades: familias con niños pequeños, jóvenes, otros que habían abandonado hace poco su juventud y señores ya jubilados cantándose cada una de las canciones.

Como he señalado antes, los visuales fueron obras de arte que sucedían en cada tema. Tras mucho investigar, encontré a su creador. Héctor de la Puente, video-jockey de profesión que trabaja con otros muchos artistas aparte de Depedro.

Volviendo a lo que nos ha traído aquí, la música, el sonido, el gran equipo que forman. Los instrumentos en este concierto hacen que el directo sobrepasen cualquier tipo de reproducción que no sea en vivo. Junto con la voz, crean una armonía que difícilmente alguien podría no disfrutarlo, aún sin conocer ninguna canción.

Hubo un momento en el que todos se bajaron del escenario para rodearse del público y tocar y cantar a su lado. Todos acompañamos la música dando palmas, podríamos decir que dimos palmas a lo largo de casi todo el concierto, pero es que era a lo que su música nos incitaba.

No podemos dejar de lado el revuelo que levantó Nubes de papel, todo el mundo cantando, saltando y dando, de nuevo, palmas. Se animó la noche, y por que no, el fin de semana, pues muchas veces un concierto deja un sentimiento especial que dura días.

Por fin llega el momento de nuestra Llorona, una canción popular mexicana originada en Oaxaca. De ella existen muchas versiones, a veces con diferente letra, pero con la misma esencia de amor y dolor. La más sonada a nivel internacional es la versión de Chavela Vargas, pero nuestro Depedro también la ha hecho suya, y no tiene nada que envidiar. De hecho, tiene una versión con Fuel Fandango que es de lo más sentida (se recomienda escuchar).

Pretendían despedirse con esta canción, pero no les dejamos, cuando ellos desaparecieron del escenario, seguimos con el coro de la canción hasta que volvieron a aparecer. Nos regalaron varias canciones más y ahora sí, llegaba el momento de decir adiós, ya volveré el año que viene.

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