Sus dos últimos discos le llevaron desde la nada a lo más alto, y no defraudó a quienes estábamos ahí para escucharlo. Ahora Tom Odell ha vuelto con un nuevo álbum debajo del brazo, Jubilee Road, con el que espera mantenerse en el nivel que ha alcanzado con su música.
Jubilee Road es un álbum personal, con historia. Habla de su infancia y de sus experiencias en la niñez, todas desarrollándose en la calle que le vio crecer, junto a sus amigos, sus vecinos, su familia y sus primeros flechazos.
El álbum, que empieza con la canción que le da título, no deja a nadie sorprendido en el sentido de que, a pesar de que es capaz de mantener su talento intacto, siguen siendo las canciones melódicas con una letra a veces profunda y otras claramente autobiográfica. O incluso las dos a la vez. Pero a excepción de un par de temas como If You Wanna Love Somebody o China Dolls, ha decidido apostar por el que considera que es su caballo ganador: el piano. Es probable aquellos que esperaban algo más movido encuentren que hay una cantidad excesiva de baladas, pero cuando pensamos en cómo será la puesta en escena, el álbum cambia completamente.
A pesar de todo, Tom ha conseguido crear canciones que ganan mucha fuerza al final, ya sea fuerza musical, añadiendo una mayor cantidad de instrumentos -la mayoría rítmicos- y desplegando los coros y las guitarras con el piano, o incluso ganando fuerza emotiva con el transcurso de sus letras.
En conclusión, puede que no sea el álbum que esperas ponerte el momento antes de salir de fiesta un día cualquiera, pero sin duda alguna va a ser el que te va a acompañar mientras miras la lluvia por la ventana del autobús, o que terminará de sacar el mejor partido a una infinidad de domingos por la tarde.
