Biffy Clyro se reúne con Barcelona entre clásicos y novedades

De Indie Cool

El trío Biffy Clyro volvió a Barcelona para cumplir su deuda con su público tras más de dos años de retrasos por motivos de pandemia. Los catalanes pasaron de celebrar la Diada a seguir la fiesta con los escoceses en la sala Razzmatazz, que ya había anunciado el sold out para el directo días antes.

 

Este está lejos de ser el primer rodeo de Simon Neil y los gemelos Johnston en España. El grupo tiene historia en el país desde que fue telonero de Bloc Party a principios de los 2000 hasta la actualidad. Con cada álbum que han lanzado durante su carrera, nos hemos convertido en espectadores de primera fila de su evolución musical por ser una parada fija en sus giras de presentación.

 

Aunque la sala tardó en llenarse por la festividad nacional, De Staat, los teloneros de la noche, se encargaron de ir preparando la energía con un set corto, diverso y memorable. Géneros como el rock and roll, rap noventero y electrónica se unieron en una sola puesta en escena que dejó al público barcelonés con las baterías cargadas para el show principal.

 

Y así llegó el momento más esperado. Biffy Clyro salió al escenario en medio de una fuerte luz roja que dio lugar a ‘Dum Dum’ y ‘A Hunger In Your Haunt’. Los temas de sus álbumes más recientes The Myth Of The Happily Ever After (2021) y A Celebration Of Endings (2020) fueron los protagonistas de la primera parte del concierto, una perfecta reunión con la audiencia que los esperó por tanto tiempo.

La noche transcurrió entre lo nuevo y los clásicos. Himnos como ‘Black Chandelier’, ‘That Golden Rule’, ‘Mountains’ y ‘Machines’ —un tema obligatorio del tan aclamado Puzzle (2007)— fueron seguidos por ‘Instant History’, Unknown Male 01’ y ‘End Of’, entre otros. Siempre cuidando los detalles, la banda fue acompañada por un guitarrista, un teclista y dos violinistas que dieron el toque final al sonido que caracteriza sus directos.

 

La canción final de su presentación no podía ser otra que ‘Many of Horror’, que unió a todo Razzmatazz en coro antes de bajar el telón y despedir al trío, quienes nuevamente mostraron que su estatus y el cariño que han cultivado está más que merecido. La versatilidad de su nutrida carrera musical salió a relucir para recordarnos que son más que solo una banda de rock; son todo un espectáculo.

 

 

 

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